Cápsula Amistad ♥

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Cuando pensamos en esta cápsula para el Día del Amigo, no queríamos crear solo objetos lindos para regalar. Queríamos diseñar momentos. Porque sabemos que lo que más valoramos no es el regalo en sí, sino lo que pasa cuando lo compartimos. Las risas, las charlas que se sueltan, los recuerdos que aparecen y el famoso “esto tenés que guardarlo”.

Hay algo que cambia con los años: ya no vemos a nuestros amigos todos los días, ya no hay recreo, ni cursadas, ni salidas improvisadas entre semana. La vida se llena de responsabilidades, de horarios, de distancia. Y aunque el cariño sigue intacto, encontrarse se vuelve un plan a coordinar, un espacio a cuidar. Eso fue lo primero que pensé al diseñar esta cápsula del Día del Amigo.

Un día, finalmente pudimos juntarnos. Después de varios “esta semana no puedo”, de chats pendientes y audios de cinco minutos, hicimos espacio y nos encontramos. Y entre mates, café y algo dulce, me di cuenta de algo: estábamos necesitados de hablar, de reírnos sin filtro, de contarnos lo que no sale en un mensaje. Solo hacía falta una excusa para abrir ciertos temas, para preguntar en serio cómo estaba el otro, para volver a mirar a ese amigo como la primera vez que nos conocimos. Ahí entendí lo que quería diseñar: No solo productos, sino excusas lindas para que esos encuentros valgan la pena.

Porque aunque pase el tiempo o la distancia se imponga, el amor y la amistad no conocen de kilómetros ni relojes. La esencia del vínculo verdadero no cambia: las miradas, las risas, la complicidad… siempre están ahí, intactas. Por eso, esta cápsula está dedicada a esos amigos que quizás no vemos tan seguido, pero que cuando nos reencontramos, es como si nada hubiese pasado. Ahí sigue todo. Ahí seguimos nosotros, los mismos de siempre.

Un juego para ponerle palabras a lo que a veces no se dice. Para reírse, para hacer acting ridículos, pero también para soltar lo que uno lleva adentro. No hace falta jugarlo todos los días, pero cuando se juega, deja algo. Porque cuando alguien abre su corazón, los demás lo siguen. Y en ese momento pasa algo hermoso: nos volvemos a encontrar, de verdad.

Lo pensé como un regalo entre amigos, pero también como un ritual. Armarlo juntos, recordar esas fotos que no son “instagrammeables” pero nos definen. Escribir frases que en cinco años nos van a hacer llorar de risa. Y volver a ver todo eso como un recordatorio de que aunque el tiempo pase, lo compartido queda.

Es el gesto simple. El que podés mandar por correo o dejar en la mochila de alguien. La mitad es para vos y la otra para regalar. Para que en algún termo, compu o espejo, siempre haya algo que diga: "te tengo presente, aunque no te vea todos los días.”

La diseñé pensando en lo que me gustaría vivir cada vez que me junto con mis amigos: Un momento que valga la pena, de esos que te vas con el corazón un poco más liviano. Y si necesitás una excusa para que eso pase... bueno, tal vez acá la encuentres.

Mamá de Noa & Creadora de esta cápsula ♥